Diseño, mantenimiento y funcionalidad de una cubierta

A la hora de diseñar, el proyectista debe saber combinar el Diseño, la Funcionalidad así como el posterior uso y Mantenimiento de todos y cada uno de los elementos que componen un edificio pero con especial relevancia hacia todas sus envolventes. Cuando la envolvente es la cubierta, además debemos recuperar los tres principios básicos de toda cubierta: Portabilidad, Estanqueidad al agua y humedad, aislamiento térmico y acústico.

Posiblemente, en el Diseño de una cubierta se estén produciendo más del 80% de las patologías crónicas que aparecen en muchos de los edificios. No sería lógico achacar a las empresas ejecutantes, o a los equipos de dirección de obra, las patologías que en un periodo breve de tiempo puedan aparecer en la cubierta de un edificio. La razón es obvia: si algo está mal ejecutado su solución pasa por desmontarlo y ejecutarlo de forma correcta…. sin embargo, cuando el error es de concepto, los problemas se convierten en patologías crónicas cuya solución puede llegar a ser tan costosa como difícil de ejecutar.

En las cubiertas inclinadas, su diseño nos va a condicionar la estética final del edificio ya que al ser cubiertas con una inclinación superior al 5% suelen suponer un impacto visual importante dentro del conjunto del edificio. Este impacto se convierte en importantísimo cuando se utilizan tejas (pdte mayor a un 30%) y vital con pizarra y teja monocanal (pdte mayor al 40%).

Mi experiencia, además, me ha ayudado a comprender que no solo en el diseño de la cubierta se pueden evitar problemas, sino que es a la hora de ejecutarla y sobre todo en su posterior Uso y Mantenimiento donde cobra especial valor la correcta definición de los diferentes elementos que compongan la cobertura del edificio.

En cuanto a la Funcionalidad, suele ser el punto que menos se cuida a la hora de diseñar y ejecutar una cubierta, y es aquí donde cobra importancia saber para qué se va utilizar el edificio y por tanto que parámetros debe cumplir nuestra cubierta.

Poco tienen que ver las cubiertas de los edificios que se definen en la actualidad, con las de tiempos no tan lejanos. Hoy en día, la cubierta de un edificio no solo sirve para resguardarnos de las inclemencias, sino que además suele ser la ubicación de múltiples aparatos y diferentes equipos (refrigeración, paneles solares, equipos de medida) así como los múltiples encuentros que se producen con los sistemas de iluminación natural.

La instalación de todos y cada los diferentes elementos de una cubierta debe de producirse teniendo en cuenta que:

1. Es prioritario conseguir la correcta estanqueidad de los puntos de encuentro.
2. Que el personal que los instalen no dañe irreversiblemente el elemento principal componente de la cubierta del que dependerá la correcta funcionamiento de la misma.
3. Que se prevea el posterior uso y/o mantenimiento de esos equipos y que al ser llevado a cabo por profesional no experto en transito en cubiertas, se deberán prever elementos de paso sobre la cubierta existente para evitar daños.
4. Los puntos débiles de nuestra cubierta deben estar especialmente protegidos y vigilados con relativa frecuencia.
5. El acceso a cubierta tanto para su mantenimiento como el de los elementos existentes en ella.
6. Que posiblemente en dicha cubierta se tengan que colocar otros elementos nuevos por necesidades del edificio.
7. La durabilidad de las piezas componentes de la cubierta principal, así como su posible sustitución cuando dejen de ser válidos.

Por tanto, desde mi humilde experiencia en ejecución de cubiertas, aconsejo el diseño desde arriba hacia abajo, esto nos ayudará a descubrir problemas en origen, cuando realmente son solucionables, y no que nos aparezcan con la estructura levantada, y la empresa ejecutante y dirección de obra esperando soluciones que posiblemente nunca llegarán.

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